Si estás planeando una escapada a la Ribera del Duero, a buen seguro que visitar una bodega entrará dentro de tus planes. Acércate a descubrir una tierra privilegiada siguiendo el hilo conductor del vino donde historia, costumbres, tradiciones, cultura y gastronomía están conectados en armonía conformando un maridaje perfecto.
La Ribera del Duero puede presumir de ser una de las rutas del vino de España ideales para practicar el enoturismo. En su enorme extensión a lo largo del río Duero podrás conocer la cuna de grandes vinos que han logrado alzarse en el pódium internacional gracias al buen hacer de sus bodegas. Edificios históricos, diseños vanguardistas, viñedos centenarios, bodegas tradicionales y museos del vino ofrecen todo un abanico de posibilidades para disfrutar del enoturismo en la Ribera del Duero. Entre centenares de bodegas elaboradoras que hay en la actualidad, conoce de la mano de Evadium algunas de las bodegas de la Ribera del Duero cuya visita no te puedes perder.
Índice de contenidos
Sobre la región de la Ribera del Duero
Enclavada en la meseta norte, la Ribera del Duero es una de las rutas del vino por excelencia que recorre el corazón de la Península Ibérica, en la confluencia de cuatro provincias integradas en la Comunidad Autónoma de Castilla y León: Valladolid, Burgos, Soria y Segovia. Un gran valle conformado en torno al río Duero como eje principal, donde se pueden diferenciar tres zonas: la parte más baja o vega; la altiplanicie, la zona con más altitud, llamada también páramo; y una zona de intersección de laderas de pendiente más o menos pronunciada. Por su singular ubicación, la Denominación de Origen de la Ribera del Duero puede presumir de ser la más elevada de España, entre los 750 y 1.000 metros de altitud.
La Ribera del Duero cuenta con unas condiciones climatológicas singulares que inciden de lleno en la elaboración de sus grandes vinos. Un clima continental con lluvias moderadas, alternando inviernos largos y fríos con veranos secos y calurosos, con acusadas oscilaciones térmicas entre el día y la noche.
Las características de los terrenos de la Ribera del Duero les confieren a sus vinos unos matices muy interesantes, donde predominan los suelos calizos (aportan elegancia y complejidad), los suelos arcillosos (aportan estructura y carácter) y los suelos pedregosos (aportan madurez y melosidad).
Aunque hay otras variedades de uva autorizadas en la Ribera del Duero como Cabernet-Sauvignon, Merlot, Malbec, Garnacha y Albillo, la Tinta Fina es la variedad autóctona principal, exigiéndose en los vinos tintos de la Denominación de Origen que el 75% esté elaborado con esta variedad.
Bodegas Protos, en Peñafiel, Valladolid
No se puede hablar de la Ribera del Duero sin hablar de Bodegas Protos, tanto por su papel en la historia de la Denominación de Origen como por su singular ubicación y estructura.
Curiosamente, el nombre Ribera del Duero fue inicialmente registrado para sus vinos por la cooperativa de vino Peñafiel – que luego pasaría a llamarse Protos – y posteriormente fue cedido a la Denominación de Origen para dar nombre a todos sus vinos protegidos. Esa condición pionera motivó que el nombre elegido para la bodega fuera Protos, palabra griega que significa primero.
Junto al nombre, Protos goza de una ubicación privilegiada al situarse en las faldas de la colina que preside el Castillo de Peñafiel, icono de la Ribera del Duero y capital del vino de la comarca vitivinícola de Valladolid. Una visita sin duda imprescindible en la Ribera del Duero.
En la visita a Bodegas Protos podrás adentrarte, por un lado, en la bodega de crianza de dos kilómetros de galerías excavadas bajo la montaña en donde se asiente el Castillo de Peñafiel, y por otro, la sorprendente bodega de vanguardia levantada en 2008 con los últimos avances tecnológicos, obra por el prestigioso estudio del arquitecto Richard Rogers (premio Priztker de arquitectura 2007) en colaboración con Alonso Balaguer y Arquitectos Asociados. Una visita que te dejará un buen sabor de boca al terminar con la cata de sus magníficos vinos.
Bodegas Matarromera, en Valbuena de Duero, Valladolid
La Bodega Matarromera es uno de los grandes nombres de la Ribera del Duero. Fundada en 1988 por Carlos Moro, los vinos de Matarromera se han ganado un merecido reconocimiento en el mundo del vino desde su primera añada en 1994 – galardonado con la Gran Medalla de Oro en el concurso International Wine Competition como mejor vino del mundo-, dentro y fuera de España.
Matarromera es la bodega insignia del grupo Bodegas Familiares Matarromera, que cuenta con más bodegas en otras importantes denominaciones de origen. Una aventura vitivinícola que da continuidad al legado familiar recibido de generación tras generación de pasión por el vino y el cultivo del viñedo de sus antepasados, que elaboraban su propio vino, y que Carlos Moro quiso impulsar dedicándose a la elaboración de vinos de calidad eligiendo un pago con una fuerza especial como es el Pago de Matarromera.
Asentada en Valbuena de Duero, en pleno corazón de la Ribera del Duero, rodeado de sobresalientes parcelas de viñedos, se alza un edificio elegante de estilo castellano, de piedra y ladrillo, con unas preciosas vistas que dominan todo el valle del Duero, que esconde en su interior naves semi-enterradas donde el vino descansa tras haber sido proyectado con la mejor tecnología enológica, uniendo así la tradición y la innovación que tanto caracteriza a esta bodega y a sus distinguidos vinos. Desde sus tintos intensos y estructurados hasta sus blancos frescos y elegantes, cada botella es un testimonio del compromiso de la bodega con la calidad y la excelencia. La meticulosa selección de uvas, la cuidadosa fermentación y el envejecimiento en barricas de roble dan como resultado vinos equilibrados y llenos de carácter.
Apostando por el enoturismo desde el primer momento, en la visita a Matarromera comprobarás que la bodega está concebida como un todo integrador capaz de transmitir y hacer sentir la verdadera identidad y valores de la bodega en cada uno de sus detalles. Así, los materiales tienen sus propias claves expresivas, la piedra de la zona y el humilde ladrillo nos acercan a la tradición y al arraigo con el entorno; el acero galvanizado y el roble nos transportan inequívocamente al paciente mundo del vino; y, por último, el hormigón nos habla de fuerza, tenacidad y permanencia.
Bodegas Emilio Moro, en Pesquera de Duero, Valladolid
En el corazón de la Ribera del Duero, a apenas 5 minutos en coche de Peñafiel, en la zona conocida como la milla de oro se encuentra la bodega Emilio Moro. Una familia bodeguera que ha sabido transmitir a lo largo de los años la pasión por el vino imprimida por su fundador, Emilio Moro, hace ya tres generaciones, logrando un gran reconocimiento dentro y fuera de nuestras fronteras.
Descubre el secreto de sus apreciados vinos en sus viñedos poseedores del clon más puro de la uva autóctona Tempranillo (Tinto Fino), dando lugar a pequeñas uvas y pequeños racimos que producen robustos y elegantes vinos. Gracias a la pasión por el vino, los viñedos de la familia Moro se han conservado y han sido utilizados para injertar todas las viñas de la bodega hasta llegar a las 200 hectáreas actuales, siguiendo un proceso de elaboración en el que tradición e innovación se dan la mano.
Sumérgete en el apasionante mundo del vino en la visita a la bodega Emilio Moro, conociendo de primera mano sus viñedos, sus espacios de elaboración y catando sus extraordinarios vinos con personalidad.
Bodegas Arzuaga Navarro, en Quintanilla de Onésimo, Valladolid
La milla de oro de la Denominación de Origen Ribera del Duero a la altura de localidad vallisoletana de Quintanilla de Onésimo es el escenario donde nacen los vinos de la familia Arzuaga. Allí fue donde en la década de los noventa, Florentino Arzuaga dio forma a su pasión por el vino al adquirir la finca La Planta, y comenzando con la plantación de cepas, la construcción de la bodega y, por supuesto, la elaboración del vino.
La finca La Planta es el corazón neurálgico de la bodega. Un lugar con una situación privilegiada para el cultivo de la vid donde conviven la flora y la fauna de la zona en un espacio de 1.400 hectáreas. Una flora compuesta de pinos, encinas y sabinas y una fauna formada por jabalíes y ciervos, que hacen de esta finca un lugar único en la Ribera del Duero donde se funden el amor por el vino y la naturaleza de la familia Arzuaga. No habrás visto nada igual.
Conoce en tu visita a la bodega el mimo con el que son cuidados los viñedos y la pasión en el trabajo que han convertido a los vinos de Arzuaga en unos de los más prestigiosos de la Denominación de Origen Ribera del Duero.
Junto a la visita a las bodegas Arzuaga Navarro, los amantes del vino además podrán disfrutar de uno de los complejos enoturísticos más destacados de España: el Hotel Arzuaga. Un destino ideal para disfrutar de la naturaleza, el relax, la vinoterapia o la gastronomía de la zona maridados con sus excelentes vinos.
Bodega Abadía Retuerta, en Sardón de Duero, Valladolid
En el mismo corazón de la milla de oro de la Ribera del Duero de Valladolid, en un punto equidistante de Peñafiel y Valladolid capital, encontrarás la Bodega Abadía Retuerta, todo un referente en enoturismo en la zona. No es de extrañar que esta privilegiada ubicación de la célebre región vitivinícola haya alumbrado un buen puñado de reconocidas bodegas abanderadas del enoturismo en la Ribera del Duero.
En Abadía Retuerta te espera un monasterio del siglo XII, que da nombre a la bodega, rodeado de hermosos viñedos en una finca única de 700 hectáreas, fruto de un ambicioso proyecto iniciado a finales del siglo XX con el objetivo de conducir a la excelencia la tradición vitivinícola de este histórico lugar. Y todo apunta a que el camino marcado años atrás les está dando la razón, cosechando vinos de alta calidad reconocidos internacionalmente. De hecho, la singularidad del terruño de Abadía Retuerta le valió el otorgamiento de su propia Denominación de origen de vinos propia, en reconocimiento a las cualidades únicas de las características climáticas y geográficas de sus suelos dando lugar a vinos con gran personalidad.
En tu visita a la bodega Abadía Retuerta te espera un destino experiencial donde saborear de tu tiempo libre y desconectar de forma exclusiva – todas las visitas son privadas y personalizadas -, disfrutando de la naturaleza, la historia, la gastronomía en origen y, por supuesto, catando sus extraordinarios vinos.
Bodega Pago de Carraovejas, en Peñafiel, Valladolid
En las inmediaciones de Peñafiel, con unas vistas incomparables al Castillo de Peñafiel, los amantes del vino tienen una parada obligada en la bodega Pago de Carraovejas. Uno de los proyectos vitivinícolas más exitosos no sólo de la Ribera del Duero sino de España, consiguiendo situar a sus reconocidísimos vinos en las cartas y vinotecas más prestigiosas del mundo. Adéntrate en la historia de Pago de Carraovejas y descubre in situ la búsqueda de la excelencia en la elaboración de sus vinos.
Todo comienza de la mano del célebre restaurador José María Ruiz, alma máter del afamado restaurante José María de Segovia, quien pocos años después de su apertura, se hizo con apenas nueve hectáreas en las laderas de Carraovejas, en su afán de elaborar vinos de la mejor calidad con los que acompañar la cocina de su restaurante. Un enclave seleccionado en la Ribera del Duero, una de las zonas de España con más potencial en la elaboración de vinos debido a su situación, suelos y clima. Así fue como en 1991 llegó la primera añada de Pago de Carraovejas, unos vinos de calidad que han ido superándose año tras año hasta lograr un reconocimiento generalizado.
La incorporación a Pago de Carraovejas de Pedro Ruiz en 2007 supuso un renovado liderazgo para impulsar el proyecto vitivinícola, apostando de lleno por el enoturismo y lanzando Alma Carraovejas, la marca vitivinícola que engloba los diferentes proyectos de la familia Ruiz Aragoneses – entre ellos, otras bodegas en diferentes Denominaciones de Origen -, con la que aspira a convertirse en uno de los referentes españoles en el mundo por la calidad de sus vinos y por su cuidada oferta gastronómica.
La cuidada selección y el exhaustivo control de la uva en Pago de Carraovejas durante todo el proceso de elaboración supone uno de los grandes pilares en que se sustenta el éxito y la personalidad de sus vinos. Gracias a este minucioso trabajo de la bodega, la elaboración se hace con levaduras y bacterias autóctonas propias de la finca, únicas y originales, para extraer el máximo potencial del vino resultante.
En la visita a Pago de Carraovejas, con las preciosas vistas del Castillo de Peñafiel como telón de fondo, además de catar sus excelentes vinos podrás maridarlos con las propuestas gastronómicas de su restaurante Ambivium, galardonado con una estrella Michelín, bordando así una experiencia de enoturismo única en la Ribera del Duero.
Bodegas Portia, en Gumiel de Izán, Burgos
En el corazón de la Ribera del Duero burgalesa, a apenas 15 kilómetros de Aranda de Duero, se encuentra Bodegas Portia, una de las mecas de la arquitectura de vanguardia. Inaugurada en 2010, su diseño es obra del prestigioso arquitecto británico Norman Foster, premio Pritzer de arquitectura en 1999. Un impresionante proyecto arquitectónico con el que el grupo Martínez Zabala (antes Grupo Faustino) quiso desembarcar en la Denominación de Origen de la Ribera del Duero donde quiso aunar su más de 150 años de experiencia en la elaboración de vinos con una enología moderna y vanguardista.
El edificio de Bodegas Portia está diseñado en forma de una gran flor con tres enormes pétalos, cada uno de los cuales responde a las fases de la producción del vino: la fermentación en depósitos de acero, la crianza en barricas de roble y, finalmente, el envejecimiento en botellas de cristal. Estas fases definen los tres enormes pétalos de la construcción, controlados desde un centro de operaciones situado en el núcleo del edificio. Las alas que contienen las barricas y los botelleros están parcialmente enterradas para favorecer el envejecimiento del vino, mientras que el ala de fermentación se encuentra expuesta, para favorecer la liberación de dióxido de carbono.
Una carretera sube hasta el techo del edificio, de manera que se puedan liberar las uvas recolectadas directamente en las tolvas. El diseño de Portia es fiel reflejo de la armonía lograda entre su impresionante estética y la funcionalidad es total. La bodega ha sabido sacar partido a su estratégica ubicación en lo alto de una loma de forma que parte de sus elementos más importantes están enterrados de forma natural, además de aprovechar la inclinación del terreno, utilizando la gravedad para favorecer el movimiento del vino en su interior, maximizando la eficiencia y minimizando el daño que sufre la uva.
Todo un icono de la arquitectura de vanguardia en el mundo del vino la visita a Bodegas Portia invita a vivir una experiencia inolvidable reuniendo en torno a una copa de vino arquitectura, arte, paisaje y gastronomía.
Bodegas Hermanos Pérez Pascuas, Viña Pedrosa, en Pedrosa de Duero, Burgos
La bodega de los hermanos Pérez Pascuas es otra de los nombres legendarios en la Ribera del Duero. Junto a otras bodegas y cooperativas de la zona, la familia Pérez Pascuas fue una de las fundadoras de la Denominación de Origen de la Ribera del Duero, dando lugar al Consejo Regulador en 1982 que amparase sus vinos. Aquellos viñedos que Mauro Pérez, su progenitor, empezó a mimar décadas atrás comenzaban a dar sus frutos, elaborando vinos tintos de gran calidad y regularidad, que han cosechado numerosos premios a lo largo de todos estos años.
En la visita a Bodega Viña Pedrosa conocerás los singulares viñedos plantados en forma de vaso, todos viñedos propios de la variedad autóctona (Tinto Fino), cultivados de forma sostenible y localizadas a más de 800 metros de altitud. Un recorrido que continuará por las instalaciones de la bodega de elaboración para culminar con la cata de sus reconocidos vinos tintos.
Bodegas Pradorey, en Gumiel de Mercado, Burgos
Muy cerca de Aranda de Duero, la capital del vino de la Ribera del Duero burgalesa, en contraste con las históricas bodegas excavadas en galerías subterráneas por toda la localidad, encontrarás Bodegas Pradorey, otro de los referentes vitivinícolas de la región vitivinícola. Una bodega rodeada de viñedos propios que ha sabido labrarse renombre en la Ribera del Duero con su buen hacer en la elaboración de vinos.
Con 520 hectáreas de viñedo propio, Bodegas Pradorey presume de contar con la mayor superficie vitivinícola de la Denominación de Origen de la Ribera del Duero, lo que otorga un mejor control de la calidad de los vinos que se elaboran año tras año. Repartidos en 10 áreas diferenciadas en torno a la bodega, para las plantaciones de los viñedos se seleccionaron cepas de más de 100 años de distintas zonas de la Ribera del Duero, recuperando algunas variedades únicas y prefiloxéricas, como, por ejemplo, el clon Élite.
Construida en armonía con su entorno natural, la bodega Pradorey está encajada en la ladera, parcialmente subterránea, siguiendo la tradición centenaria de los pueblos aledaños, para mantener así constantes las condiciones de temperatura y humedad óptimas para la crianza y envejecimiento de los vinos. En el interior de la visita a la bodega Pradorey te sorprenderá un curioso sistema de apilado de barricas con estanterías durmientes de metal en forma de panal de abejas.
La bodega forma parte de una enorme finca de 3.000 hectáreas de extensión bañada por las aguas del río Duero, que acoge una explotación agrícola y ganadera, además de servir de refugio preferido de aves, perdices, jabalíes y ciervos. Un amplísimo y majestuoso entorno natural del que da fe el imponente Palacio de estilo herreriano que se conserva dentro de la misma finca con su estructura exterior original, ordenado construir por el Duque de Lerma en el siglo XVII como finca de recreo de la realeza y que tuvo a invitados tan ilustres de la época como Rubens o Lope de Vega.
En resumen, en esta afamada región vitivinícola tienes opciones de sobra para disfrutar del mundo del vino visitando estupendas bodegas y de muchos otros atractivos que te invitamos a descubrir en nuestra guía de viaje sobre qué hacer en la Ribera del Duero.
Es posible que oigas hablar de otras bodegas en la región que no aparecen aquí recogidas, muchas de ellas no son visitables. Dedicados al enoturismo mucho antes que gran número de bodegas apostasen por él, cuéntanos qué necesitas y desde Evadium te ayudaremos a encontrar las experiencias de enoturismo que mejor se adaptan a tus preferencias y a organizar una escapada memorable.
La verdad que vale la pena hacer el recorrido , estilo ruta del vino, los paisajes permiten vivir una tranquilidad y libertad increíble ademas de probar las distintas variedades . Todavía me quedan algunas pendientes que espero poder completar el recorrido muy pronto .
He realizado varias incursiones tanto a la Rioja Alavesa como a la milla de oro de Ribera del Duero y ambas son maravillosas, cada una con sus propios estilo, claro, tanto en el vino, principal motivo de los viajes, como sus bodegas y hospedajes.
Merecedoras de volver a visitar porque si.